Esta receta la preparé originariamente para el concurso de Nieves en igloo cooking "La Vuelta al Mundo" pero como ya os he comentado mi Internet es maravilloso y a
pesar de prepararla me quede con las ganas de presentarla pero eso si no me voy
a quedar con las ganas de enseñároslas porque es realmente deliciosa, sobre
todo recién hecha y es muy pero que muy fácil de preparar.
Primero os dejo la receta para los que no sois amantes de
las lecturas largas, pero os recomiendo leer mi pequeña aventura, seguro que os
apetece ir a los lugares visitados y que os pensaréis el dejar a vuestros hijos
el ir de viaje de fin de curso; intrigados?
- 2 Manzanas
- 2 Cucharadas de piñones
- 4 Hojas de pasta filo
- 2 cucharadas grandes de ghee
- Azúcar glas y canela al gusto
Fundimos el ghee en el microondas y pelamos, descorazonamos y cortamos en laminas las manzanas.
Listo pues a montar el strudel, colocamos sobre un paño limpio dos hojas de pasta filo superpuestas unos 5 cm por el lado mas largo y untamos con el ghee derretido.
Colocamos las otras dos hojas de filo de la misma manera y volvemos a untar con ghee.
Ahora colocamos las laminas de manzana, empezando por uno de los filos largos hacia el centro y dejando unos 4 cm de margen en los filos, lo mas probable es que no llenéis del todo las laminas de pasta filo, no os preocupes será mejor a la hora de enrollar.
Esparcimos los piñones sobre la manzana y un poco de azúcar glas y canela.
Para enrollar doblamos los lados mas cortos hacia adentro y
con ayuda del trapo enrollamos de forma gruesa, no es necesario presionar.
Colocamos el rollo en una bandeja de horno con el pliegue
hacia abajo y untamos con mas ghee la parte superior.Horneamos en el centro del horno unos 20 minutos o hasta que este dorado.
Para servir cortamos en porciones y rociamos con mas azúcar glas o canela al gusto, no tengáis miedo que no queda dulce. Servimos recién hecho o templado.
Se puede recalentar pero va perdiendo el crujiente.
Cuando leí la temática del concurso no dudé ni un segundo en
la receta que iba a preparar, directamente se me vino a la cabeza mi segundo
viaje de fin de curso, si segundo, sólo repetí 2º de Bachillerato y ya que
estaba allí porque no me iba a ir otra vez de viaje, la ocasión la pintan calva
así que le propuse a mi madre pagarme yo el viaje y no se pudo negar, además mi
mejor amiga, Aída (no os he hablado de ella, pero es única) también había
repetido y nos íbamos juntas que mas se puede pedir.
En esta ocasión toco viajar al Este de Europa, vistamos
Viena, Praga y Budapest, fue un viaje increíble e irrepetible que por supuesto
dejó varias anécdotas.
Éramos las repetidoras, así que todos los demás eran menores
que nosotras, aunque nos tratábamos con todos era evidente nuestra complicidad
y nos creíamos mas adulta y mas chulas que un ocho, ya llevábamos un par
de días en Praga, tranvía arriba,
tranvía abajo y esa noche tocaba salida nocturna a una discoteca de la ciudad,
casi todos estaban de botellota en el hotel y nosotras decidimos salir antes;
como conocíamos la red de tranvías cogimos el que iba al centro, estábamos tan
tranquilas cuando de pronto el tranvía se para en mitad de la nada y el
conductor se levanta y nos dice que tenemos que bajar (ahora recordando me
estoy riendo de la situación pero es ese momento estaba al punto del infarto),
lógicamente no queríamos bajar pero con la mala leche que hablan nos bajamos,
digo si nos bajamos, junto con otros dos pasajeros con una mala pinta que te
cagas y acojonadas a no poder mas; salimos disparadas hacía el metro pero como
no ya estaba cerrado, asustadas cual gacelas echamos a andar camino del hotel
que ya estaba lejísimos seguidas de uno de los dos tíos y pensando de esta
noche no pasa, nos violan fijo.
Ahhhhhh!!!!!!!
Aída mi heroína a esto que ve venir un taxi y se tira en plancha
a la carretera para pararlo, una pasada, conseguimos coger el taxi y volver al
hotel; como imagináis lo último que hicimos fue ir a la discoteca, nos metimos
en la habitación y nos tomamos unos chupitazos de whisky “four roses”
(que por cierto pensamos que era licor chino de rosas) y comiendonos un par de donuts que habíamos comprado en el “Dunkin Donuts”
para traer a casa, que mejor para relajarse que alcohol y azúcar.
La moraleja es que todo en esta vida te curte y os aseguro
que no vuelvo a coger un tranvía pasadas las 22:00 de la noche y que siempre hay
que ir acompañado cuando se sale de casa a un sitio desconocido.
Ya os contaré algo mas, este postre lo probamos en una
típica taberna junto con una pinta de cerveza del tamaño de la jarra que veis
que también vino de allí como regalo para mi amol.
La comida en estos países es barata, abundante y rica. Yo
disfruté muchísimo buscando donde comer y por supuesto comiendo, me da mucha
pena no poder enseñaros fotos del viaje pero entonces mi cámara era analógica.Espero que os guste y gracias por leer.
Que buenos recuerdos guapa!!....me encantan las tres ciudades.....sobre todo Praga....y una receta deliciosa....cuidate!!.....Abrazotes, Marcela
ResponderEliminarme encanta el estrudel pero me parece tan complicado de hacer... viendo tu receta y sabiendo que se puede hacer con masa filo, creo que por fin me voy a atrever porque es un postre buenísimo.
ResponderEliminarbesos!
laurilla fondant
Muchísimas gracias Mercedes, me ha encantado la receta, la historia y la moraleja, jaja, me imagino el sustazo que pasasteis... madre mía... y me he reido con los chupitos de ese famosísimo licor chino FOUR ROSES y el chute de azúcar en forma de donuts jejeje! un besazooooooooo, no sabes la ilu que me ha hecho!!!
ResponderEliminarEsto tiene un nombre muy raro pero tiene una pinta..increible ,,y si yo lo hicera??? que pasaria??? que me pondria la sbotas seguramente, va a ser que si.
ResponderEliminarBesitos guapa
k pena internet ya se sabe bueno se ve deliciosa y seguro k la comisteis ebcabntados jeje se ve muy rico rico besos guapa
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